domingo, 24 de junio de 2018

SABORES DE ALMA Y SAL

Y llegó el gran día. La inauguración del nuevo restaurante de Inés Ros:

Sabores de alma y sal

Healthy Whole Food. Fusion & Organic

Estaba ubicado en la Playa de San Sebastián, un lugar precioso,sin duda. El local estaba pintado por fuera de azul añil combinado con tonos naranjas. Por dentro, pintado de blanco y verde cobalto con mosaicos antiguos, como si fueran obtenidos de las canteras romanas. Las mesas blancas y las sillas también blancas y verdes. Inés había escogido con sumo cuidado las pinturas que adornaban el comedor. Eran marinas al óleo, de amigos suyos, con rincones de Sitges. Al fondo del salón había una estantería con libros de cocina sana y un par de sofás con cojines árabes para saborear las diferentes variedades de tés y dulces caseros,
realizados por Carmen, con stevia o azúcar moreno, con sumo cuidado para los diabéticos y para los intolerantes a la lactosa.

En la carta de Sabores de alma y sal podías comer ricos platos, compuestos de quinoa, arroz rojo o integral con verduritas del tiempo, cremas vegetales, sopas, ensaladas con crudités, pasta integral o coca artesana, incluyendo algo de pescado azul, como las sardinas o el salmón marinado. Los zumos seguían siendo el sello de la casa. El que tenía más aprecio era el vita zen, a base de naranja, mango, apio fresco y manzana.

Fragmento de la novela, Sabores de alma y sal