Cuando sigo tu
luz
viajo en el
tiempo de las estrellas.
Busco
envolverme con la luna
para cubrir mi
cuerpo
con besos de
amapola.
Cuando abro
los ojos
cada mañana de
alegría
me encuentro
con los tuyos
iluminándome
por dentro.
Cuando me
abrazas
en el silencio
del bosque
un torrente de
lirios
se derrama por
mi espalda.
Cuando me
nombras,
noche de
verano enardecida,
mil jilgueros
de viento
estallan como
cristales
en mi ventana.
Te vivo cada
día
con el grito
de la música
en mis alas
abiertas
y el sabor de
los mares,
menta y
chocolate
untados en pan
de sueño.
Imagen: La Primavera de Sandro Boticelli