ME relajo en la plenitud
del mar esmeralda.
La brisa rodea mi cuerpo,
penetra en mi espalda
y me ilumina lentamente,
cada músculo,
cada órgano.
Mi sangre por completo
vuela en la inmensidad azul.
Mis pies tocan la Madre Tierra,
el núcleo de este hermoso planeta.
Me empodero con raíces
hasta el fondo primigenio.
Mis manos tocan las nubes
y alcanzan las estrellas.
Los Maestros de Luz
guían mis pasos y
me alientan con besos
a continuar en esta película,
una vez más.
La vida es sencilla
y honro cada minuto
que se me regala.
De mi poemario inédito "Palabras de luz"