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¡Gorda!
te llamabas a ti misma
gorda,
pero apenas cuarenta kilos
sujetaban tu cuerpo.
Ante el espejo:
la silueta de un fantasma,
cadáver de huesos,
aire maldito.
Tus lágrimas rozan
el desayuno de agosto.
No quieres comer,
sólo deseas devorar
el calor que derrite
tus entrañas.
Muchacha de fuego.
Tu mirada se prendó
de la bella modelo
con la talla treinta y seis.
Te quedan algunas semanas
del tórrido verano
para alcanzar tu sueño,
quizá tu última aventura.
Micaela
Poema extraído de la Antología "Talla G", Lalunaesmía Editoras, 2011
Imagen: Portada antología "Talla G".
8 comentarios:
Me has hecho lagrimear, esto me toca muy cerca con alguien que amo con todo mi corazón,sangre de mi sangre.
Abrazos gracias.
Realmente conmueve, verlas pasar tan airosas mostrando sus huesitos.
Me imagino el martirio de las mamis.
Cariños y buena semana!!!!!
Una sola palabra: terrible.
Hola guapa,
Siempre un placer visitarte!!
Te dejo abrazoss y besotes grandotes!!
Beatriz
Hay amiga este flagelo que sufren las jovencitas tratando de simular un espejismo, que importante es enseñar a nuestras hijas a quererse y valorarse tal como son, precioso poema que detalla muy bien las penurias para alcanzat una talla 36
Escalofriante amiga.
Q sigan atiborrando las mentes de los adolescentes con esas tallas, haciéndoles creer q sólo así valen, sólo así son válidos, es deleznable.
Un abrazo, feliz día.
No entiendo como se puede llegar a ser anoréxica. Terrible suplicio debe ser tanto para la que lo es como para los padres.
Cordiales saludos.
uff terrible la anorexia...
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