Hoy es un día cualquiera. El último lunes del mes de julio.
Estás de vacaciones. Te levantas con la tranquilidad de que no tienes que
correr para ir a la oficina, preparar el almuerzo, llevarte el termo con el
café que despertará tus neuronas a lo largo de la jornada y soportar el ritmo
frenético del trabajo.
Hoy puede ser cualquier día, en realidad; pero es un
primer día de vacaciones en el que alargas las horas para alzarte de la cama y
prolongas el desayuno más de lo normal. Te paras con el vecino y le cuentas las últimas novedades. Tienes tiempo de mirar los escaparates de las tiendas. Luego
vas al gimnasio tranquilamente y nadas un rato. Por fin te acuerdas que tienes
un cuerpo que cuidar.
Hoy es un día cualquiera, sencillo y tranquilo. En realidad
no tienes nada planeado….ya que siempre llevas la agenda en la mano y no te
sobra nada de tiempo. De pronto… ¿No sabes qué hacer con tu tiempo? Has movido
el esqueleto en la piscina, has charlado con Julián alrededor de cinco minutos
y has regresado por la calle deteniéndote brevemente en algunas tiendas. Ahora
son las doce de la mañana.
Hoy es un día cualquiera. Uno de tus vacaciones y tu
novio Rafa está de viaje de negocios. Tus amigos están bronceándose en Benidorm
y tus padres en un perdido pueblo de Extremadura. Tu única hermana está también
de viaje por Menorca. Estás sola. De repente no sabes qué hacer con tu tiempo.
Habías imaginado un día increíble, sola en casa. Te ibas a levantar a las diez
o a las once. luego a nadar hasta la una o las dos de la tarde. A continuación prepararías un plato de espaguetis a la Carbonara, tu favorito, y pasarías la
tarde en el sofá leyendo un libro.
Hoy es un terrible lunes para ti. Ya no sabes qué hacer a
las doce de la mañana. Miras continuamente el móvil para ver si alguien te ha
llamado o te ha enviado un whatsapp. En realidad añoras el ritmo del trabajo,
ese estrés continuo de llamadas de clientes que gritan al oído y las quejas del
jefe. Eres una adicta al trabajo y te encantan las reuniones, realizar informes
comerciales…y también ¡cómo no! estar con tu novio. ¡Claro, si él hubiera
estado, os habríais escapado a Bali, pero como es un miserable y vive para su
trabajo, escogió aquel viaje de última hora y no habéis podido coincidir en
vacaciones! Y ahora es una mierda estar sola!
Hoy el lunes acabará contigo, preciosa. Acabas de llegar
a casa y te enfrascas con la pasta. Ha salido demasiado blanda…te has pasado
en la cocción. Comes sin placer, mirando la tele, sin prestar atención a lo que
estás tragando. Después recoges los platos y vas al estudio a por un libro. No
sabes cuál coger. Ninguno te apetece. Estás a punto de entrar en una crisis
nerviosa…llamas a Rafa pero no te contesta…
Hoy es uno de los peores días de tu vida. No sabes vivir
sola en tu propia piel y ansías que alguien te socorra y limpie tus lágrimas.
Empiezas vacaciones, esas merecidas vacaciones que tanto deseabas. Alejarte del
ruido, de la oficina estresante, de tu jefe plasta…y aún así no sabes qué hacer…y
lloras, lloras toda la tarde en tu comedor desordenado, mientras Rafa, está en
una playa nudista pasándoselo en grande. Y este detalle no lo habías tenido en
cuenta. No tienes ni idea, chica, de que la vida es realmente breve y unas
vacaciones pueden ser una bendición, aunque para ti se hayan convertido en una
auténtica tortura.
Texto inédito
3 comentarios:
un texto real
común y bello
muy bien escrito
te he disfrutado
Habrá que cambiar de mentalidad
y aprender a disfrutar de la vida y de sí mismo.
A veces queremos llenarnos con ruido para no
estar solos con nosotros mismos.
Un texto que invita a la reflexión, el tuyo.
Besotes y feliz y plácido verano, Micaela.
Amiga querida un relato con el que me e identificado plenamente a veces las vacaciones me saben a eso,..a una intragable jornada de no hacer nada y muy aburrida,..pero pasa todo pasa en la vida,...nos replanteamos la vida, vamos aprendiendo a acompañarnos y a disfrutarnos...un beso y a disfrutar que la vida es una...
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