NO hay nada que temer
ya que la vida sigue
en otro plano, otro país,
cielo insólito de alas.
Nos esperan amigos,
corazones de miel,
azúcar de esperanzas.
Nos invitan a fiestas
globos y chocolate,
regalándonos caricias,
nuevas aventuras de Peter Pan,
La Abeja Maya o Blancanieves.
Somos pájaros o flores
volando en la inmensidad
sin cerrojos ni ventanas.
Nos colamos en el silencio,
en la nieve, ola gigantesca
de violines malvas.
Saludamos a los nuestros.
Les enviamos cartas
de amor, besos de gnomos.
Abrazamos sus cuerpos,
les lanzamos sonrisas
de ángel para despertarlos.
Pues entonces no hay nada,
nada que temer…
1 comentario:
También yo creo que continuamos la existencia de otra forma más sutil y por eso no temot
Besos, Micaela
Publicar un comentario