
Un solo abrazo, hoy,
sin más vueltas
o rodeos agujereados,
sin labios palpitantes.
Te esquivo latente,
cuerpo enmarañado
de salivas y besos.
La puerta se hizo grande
para tu espalda
y te emborrachaste
en la fría ceguera.
No me digás adiós,
di, por si acaso vuelves:
te espero mañana.
sin más vueltas
o rodeos agujereados,
sin labios palpitantes.
Te esquivo latente,
cuerpo enmarañado
de salivas y besos.
La puerta se hizo grande
para tu espalda
y te emborrachaste
en la fría ceguera.
No me digás adiós,
di, por si acaso vuelves:
te espero mañana.
Alodia
(Imagen: El abrazo de Gustav Klimt en 28,5x22,5 cm.)
2 comentarios:
la fiel esperanza...
Nos mantiene los sueños.
Un abrazo.
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