domingo, 13 de septiembre de 2015

PONGAMOS DE MODA LA FELICIDAD

“Pongamos de moda la felicidad”. Hace poco pude leer este eslogan en un video y pensé ¡qué bonita frase y que poca importancia le damos al contenido!

Por otro lado, el término “felicidad” tiene un amplio significado y cada uno puede interpretarlo según su punto de vista, intereses o deseos.

Según la R.A.E. “felicidad” quiere decir “estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien”. Así será feliz la persona que adquiere una vivienda, o un automóvil o disfruta de unas buenas vacaciones. Entonces irremediablemente, tenemos que hablar de dinero. La persona es feliz cuando su abundancia económica es considerable; pero esta realidad tampoco es cierta. Al final, una persona millonaria puede ser la más desgraciada, porque su mujer le ha abandonado o no se habla con sus hijos, o bien, tiene una enfermedad grave.

Considero que la persona es feliz cuando está en paz consigo misma y no necesita demasiadas cosas materiales en el devenir diario. Acepta todo lo que le va sucediendo, sea positivo o negativo puesto que son experiencias que el alma necesita aprender. Aunque resulte increíble, una enfermedad puede resultar un acontecimiento maravilloso que puede beneficiar a alguien en un momento dado y le ayude a cambiar en su forma de ser. También una separación o divorcio, por muy doloroso que sea, se convertirá a lo largo del tiempo en algo bueno para este ser.

También es feliz el que se entrega y da su amor a los demás, de manera incondicional, es decir, sin esperar nada a cambio.

La felicidad se debería medir a trocitos. Cualquier gesto amable o palabra adecuada nos produce felicidad, actos tan sencillos como ver un amanecer, saborear un chocolate caliente, caminar por la playa o por la montaña, ver una buena peli, abrazar a un ser querido, disfrutar con la lectura de un libro, escuchar música, pintar un cuadro, hacer punto, cocinar tu plato favorito, dormir una siesta…hay miles de cosas que hacemos a diario, de manera rutinaria y nos causan placer. Son fragmentos de felicidad. Esa es la que tenemos que incentivar y  “poner de moda” sin esperar constantemente a que nos llueva el futuro. Nuestros sueños nos empujan a vivir siempre en vilo, deseando que se cumplan, abandonándonos al fantasma de la desidia si no se realizan, por lo que no apreciamos los pequeños actos de amor de cada día y esos instantes son únicos y se podrían recoger con una cámara fotográfica.

¡Pongamos de moda la felicidad!




Imagen: "El columpio" de Fragonard