
Esta semana he vivido intensas emociones que son difíciles de describir. El pasado sábado 14 de marzo tuve la inmensa oportunidad de compartir unas horas con el magnífico novelista Lorenzo Silva. Me gustaron mucho las respuestas que daba a cada pregunta formulada. Era la primera vez que realizaba una auténtica labor de periodista y fue emocionante. Puedo decir que Lorenzo es una persona muy agradable, abierta y accesible para la gente, además de su faceta como escritor profesional.
4 días después operaron a mi padre. Ese miércoles había leído la maravillosa columna de Angela Becerra en el ADN titulada "Pegamento humano". Hablaba de los pequeños gestos de la "buena gente", "la que apuesta por el lado bueno de la vida": la enfermera que sonríe al enfermo mientras le coloca el gotero, el tendero que atiende nuestro pedido mientras nos pregunta por la salud, el estudiante que cede su asiento en el autobús a la mujer embarazada...esos pequeños actos anónimos que nunca saldrán en la tele o en el diario y que nos hace ser más felices, más humanos.
Mientras esperaba a que mi padre saliera de la operación de lagrimal, me dirigí a la sala de espera en busca de una máquina expendedora de refrescos. Introducí una moneda de 50 céntimos, pulsé el botón y no salía nada. Añadí 50 céntimos más y nada, no salió el agua que pedí. Al final fui a buscarla en la planta inferior del hospital. Al cabo de unos minutos, vino a buscarme una señora muy amable para decirme que con 20 céntimos más tendría una estupenda botella de agua de 1 litro, que aprovechara el euro que había metido en la máquina. Este simple gesto me hizo reflexionar. Podría haber pasado de mi y cualquier otra persona se hubiera aprovechado de mi dinero.
Lo que me lleva al artículo de la escritora colombiana, a las buenas personas que con simples actos hacen la vida más fácil y agradable.
La última emoción del día es haber recibido un email de mi admirada Angela, en el cual aplaudía con gran entusiasmo mi bitácora, comentándome que le había encantado.
¿Qué más se puede pedir? En tan pocos días, grandes emociones, grandes victorias que lanzamos a la vida.
Por cierto, mi padre se está recuperando fantásticamente.
Ahora sólo me queda desearos una feliz primavera.
Un beso para todos.
Alodia
Imagen: Sandro Boticelli, "Nacimiento de Venus"