¡Ay, deshacerme,
de una vez ya, en
la luz;
entrar, hecho oro
verde y último,
en el libre
secreto recatado
de los afanes
imposibles!
Juan Ramón
Jiménez
I
Me deslumbra la primavera
recién parida,
con sus verdes olores
palpitantes.
Descubro flores
que remansan la paz
y calman heridas.
Me detengo
y abro mis manos
como pétalos de
luz
para recoger sus
frutos.
Contemplo y
ansío tocar el
aire
que mece a cada
insecto.
Me revuelco
en el leve
estallido
del sol azul,
acariciando la
mañana.
Me hincho de
viento.
Vuelo a la
distancia
que cierra
minutos.
Siento correr la
savia
por mis nervios
y manejar el
rumor
de la cálida
noche.
Penetro en la
tierra
con sus dioses
y me fundo con la lava,
desapareciendo
como partícula
invisible.
II
Ahora que soy
tierra,
busco agradecer
la fortuna:
cosecha de mieles
para el pueblo.
Almas invisibles,
náufragos de paz
violeta.
Ahora que soy
semilla
quiero inundar
de semen verde
cientos de vientres
y arrojar
azucenas y jazmines
vestidos de
fiesta.
Ahora que por fin
soy luz
formando parte
del viento,
seré los ojos
brillantes
del niño desnudo,
racimo huérfano
de uvas.
Ahora ya, que soy
dios
tocaré todas las
guitarras
con dedos
etéreos.
Seré voz de los
ciegos,
mariposa de
estrellas,
rompiendo
inviernos.
Todas las
partituras
volverán a mis
manos,
dios del viento.
Serán sólo música
y blancos
recuerdos.
III
Luz de corazones
que amansan
delirios
para quererte.
Se ensañan los
dientes
que te muestran,
pequeña.
Pero tú eres,
Tierra,
ese globo de
azúcar
que gira sin
detenerse,
sin mirar su
destino,
burlando a la
luna,
a otros tímidos
planetas.
Eres la devoción
del ángel
guerrero
que por ti dio
sus armas,
y su corazón
dorado.
Eres también mi amor
de océanos,
rumor de
caracolas
que se funden con
la lluvia.
Un poema
infinito,
“viaje
definitivo” que sellará
nuestros cuerpos.
Me doblegarás.
Me partirás en
dos mitades
de azul.
Seré la esposa
del mar,
sangre del viento
y risa de arena.
¡Tú, mi Tierra,
planeta, país!...
Ciudad que me
respiras,
calle que me
habitas,
duende de luz,
sacarás mis
entrañas,
luciendo sus
trajes.
Me devolverás a
la vida,
al punto en que
nací.
Poema inédito.
Imagen: "La primavera" de Sandro Boticelli
5 comentarios:
Una belleza, hija, precioso
Unos poemas que irradian optimismo. Muy bonitos. Y muy oportunos, donde la luz es un bien escaso.
Un fuerte abrazo, Micaela.
Maravilloso.
Un saludo
Un canto a la pujanza de la Primavera en toda regla!!!
Juraba que te había comentado en su momento, menos mal que volví a pasar.
Besos
Un canto a la pujanza de la Primavera en toda regla!!!
Juraba que te había comentado en su momento, menos mal que volví a pasar.
Besos
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